lunes, 9 de mayo de 2011

No me gusta sentirme frágil, y sin embargo me siento así.
Si cierro los ojos siento el balanceo de mi cuerpo sobre si mismo.
Mi cuerpo es fuerte pero frágil, sólo hace falta encontrar el punto en el que se rompe. Supongo que tal punto es mi mente. Busco la perfección, la quiero, y si la perfección es mi Sol, se podría decir que después de extender mi brazo hacia ella, la quito rápidamente, antes incluso de que pueda empezar a quemarse. Así que nunca la obtengo.
Los años me han otorgado una mente filosófica, que no calla y que no sé si quiera si deseo tenerla.
Es tan confuso todo, un pensamiento y es como si las neuronas se entrelazaran unas con otras, creando redes complejas que unen todo de manera que todo es todo, y todo termina siendo un sin sentido.
Hay tantas preguntas que el ser humano puede hacerse y no hayar respuesta.
El suelo que pisamos en mi mente deja de ser tierra y pasa a ser ficción. Las texturas los aromas y cualquier cosa que vea, toque, huela, saboree oiga, o, en fín, cual quier cosa que sienta,  es todo irreal.
Y la vida se ve de una forma completamente distinta desde mis ojos.
Decía, yo,  que en la vida no todo tiene un uso, una razón de ser, y tal vez no estubiera equivocada, pero no puedo estar segura de ello. Creo en el destino, en que cada acción ya está tomada. Y si mis creencias son verdaderas, ¿debería existir una razón de ser para el humano?
En estos momentos lo único que me mantiene es averiguar mi razón de ser, pero, ¿y si mi razón de ser es buscar -o encontrar- mi razón de ser? ¿debería entonces tener algun motivo mi existencia o sería eso ya mi base? Así, se podría decir, que existe mi razón de ser, pero no sería lógica, entonces pues ¿merecería la pena ser?
Anhelo los momentos en los que veo el mundo como mis conocidos lo ven, como algo simple y no abstracto, algo presente y no eterno, pues el pasado el presente y el futuro en mi cabeza son lo mismo.
El pasado es el presente de ahora, y el futuro también, es el presente el que toma la posición de futuro y de pasado, y el pasado de futuro y viceversa.
Y las formas dejan de tener sentido, las distancias y todo aquello que se percibe pasa a ser nada y a la vez todo.
Es extraño, supongo que no me comprendes, y que llegar después de unos cuantos días sin decirte nada y soltarte todo esto es un poco extraño, pero así soy yo, compleja, demasiado compleja.

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