lunes, 25 de abril de 2011

He borrado mi anterior entrada. No creo que nadie la haya leido, pero no me gusta tener algo que no me convence. y la única razón por la que tengo este blog es porque soy una puta vaga depresiva que no quiere escribir en un cuaderno y que no quiere contar mil veces sus problemas a sus amigos: es mas fácil pasarles el link de la página.
No me importa parecer una imbecil, no me importa que alguien lea todo esto y que piense que soy retrasada o penosa, o ambas cosas, ya que si fuera así sería de lo más gilipollas tener un blog.
Bueno, mi anterior (y ahora inexistente) entrada hacía referencia a la muerte de unos cuantos familiares de compañeros y gente de mi alrededor a la que sólo conozco de vista. Que me parecía extraño que ahora muchos cayeran y daba mi más sentido pesame y después de todo eso me empezaba a "emparanoyar" un poco con rollos que etiquetarias como sin-sentido, y como ya he dicho antes, no me convencía y ha "muerto".
Así empiezo un nuevo sermón.
Hoy Lunes 25 de abril de 2011 me siento igual que ayer y anteayer: mal, desganada, sin un lugar aquí o allá, con un agujero negro en el corazón, que además perfora mi alma, y con la mirada perdida puesta en el horizonte, achacando mis problemas al cansacio y al dolor de cabeza, culpando a mi dolor de estómago de mi conducta fría y distante. 
Pero, ¿qué otra explicación podría haber para estar tan...sosa
El viernes por la noche me puse enferma. Ese mismo día por la tarde con Isra no tenía muchas ganas de nada, y el sábado no fue mi mejor día. Tenía frio, ganas de vomitar, dolor de tripa, dolor de cabeza, mareo, en fín, que ni cuando me encontré mejor quería que me besara ni hacer lo mismo de siempre.
Y el domingo claro está, estaba muchísimo mejor, aún con mareos y dolores de cabeza (más bien por culpa de mis ganglios inflamados) pero seguía igual. No paré ni un segundo de preguntarme si le quería...Han pasado 9 meses desde que estamos saliendo, y creo que es lo más grande que tengo, me hace sentirme viva, distinta.
La verdad es que tenía ganas de llorar y él no lo sabía, pero no le voy ha decir "Tengo ganas de llorar y no tengo ningún motivo", queda estúpido, así que no se lo dije. Pero le decía que no, y le costó comprenderlo al parecer porque no paró hasta unos cuantos minutos después. No se lo reproché porque no tenía ganas de pelearme, no tenía ganas de acabar chillando y llorando por un sinsentido, y me alejé, un poco, o almenos lo intenté, pero sigo estando igual de fria que los últimos días. 
Me suelo dar cuenta de que cada uno quiere cosas distintas en esta relación: Yo...yo no sé lo que quiero, quiero alguien que me haga reir, un "amigo" que sepa valorarme, y que de vez en cuando me sobrevalore, que tenga mis gustos, que me haga caso y que me quiera, que me de ternura y me abrace fuerte cuando estoy mal. No digo que Isra sea lo contrario a lo que quiero, porque me hace reir, me sobrevalora demasiado, me abraza siempre que puede con toda la fuerza que tiene, pero él sin embargo...él tiene 16 años y es un chico, quiere hacer cosas distintas a las mías, él quiere dar un paso más, pero tengo 14 años y yo no quiero, y la verdad...No sé si arrepentirme de lo que ya he hecho.
No quiero que en un futuro, cuando cortemos (que dios no lo quiera), mirar al pasado y arrepentirme de todo lo que le he dejado hacer con mi cuerpo...Y además, no es como me lo imaginaba.
Te preguntarás el qué. Pues bien, no me imaginaba que me sentiría así, no me imaginaba que las peleas serían constantes, no me imaginaba que le pudiera querer tanto, no me imaginaba que detrás de tanto amor habrían tantas pegas, no me imaginaba que se llevaría gran parte de mi inocencia, no pensé, ni de lejos, que le fuera a dejar de tal forma, no pensé que me dieran tantas ganas de decirle que lo que yo quiero es que me mire a la cara y no a las tetas, que me acaricie a mi y no a las tetas, que me preste atencion a mi y no a las tetas, que me bese a mi y no a las tetas...No me imaginaba que mi vida daría un grandísimo vuelco así como así.
Lo peor es que sigo sintiendo algo que absorve mi corazón, algo que se lo va llevando poco a poco y lo único que deja es pena y misería y ni una razón, tan solo pegas pegas y más pegas. Se me pone un nudo en la garganta, que parece que intente asfixiar mis ojos para que las lágrimas caigan de una puta vez, pero no lo consigue y cada vez aprieta con más fuerza, pero sin resultado alguno.
No sé como comportarme, no sé si...pasarle la página y terminar por llorar, o si intentar olvidarme del tema y tragarme el nudo.
Son vacaciones, cortas, pero vacaciones, y en vez de salir y ser feliz, estoy en casa amargandome la vida. 
Quiero salir, pasarmelo bien y no encerrarme en casa, como tantas veces le he dicho a Isra. Quiero hacer tonterías porque soy tonta, quiero dar besos pequeños, porque soy inocente, quiero correr, porque soy joven, quiero sonreir porque ansío ser feliz, quiero tantas cosas que ninguna se hace realidad. Lo único que hago es quedarme en mi casa, mirando una y otra vez los mismos capitulos de los mismo programas de la Neox y la MTV, los besos peuqeños no son una cosa de la que gozo si no más bien una de la que carezco, y como ya te he dicho antes de mi inocencia no queda mucho. 
Quisiera ....aagh...¿que quisiera?...Quisiera no necesitar escribir todo esto, pero cada uno tiene una realidad y una fantasía. Mi realidad es lo que tengo y mi fantasía lo que ansío, pero, desgraciadamente, es la realidad la que se vive.

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